Sé lo que hiciste el verano pasado
Cada US Open marca el final de la temporada estival en el hemisferio norte. Recuerdos que no se pueden olvidar. Aryna aprendió y cambió su foto de perfil para este 2024
En septiembre del año pasado, la bielorrusa Aryna Sabalenka se había transformado en la sensación de Nueva York. Arrasó a sus rivales hasta la instancia de semifinales, sin ceder sets ni darles un mínimo de oportunidad a quien se le cruzó enfrente. Las casas de apuestas la colacaban al tope y luego de levantar una semifinal épica contra la local Madison Keys. Parecía que nada se podía interponer hacia la corona. Esa noche perdió el primer set de manera lapidaria, y luego jugó dos tie-breaks para meterse en la segunda final de GS de la temporada. Ya había ganado en Australia.
ESTO ES: ‘ELLAS EN LA PISTA’. CAPÍTULO 43. Esta es la segunda temporada del resumen de lo más destacado del tenis y el pádel femenino de las últimas dos semanas
En la definición, el pulso firme y su jerarquía se imponían sobre la joven Coco Gauff. Cada palazo de Aryna era más potente y preciso. La pequeña adolescente estaba cargada de frustración y lidiaba con el peso del público dueño de casa. Sin embargo, vio una ventana el segundo set. Bancó un poco más los peloteos y se refugió en la merma de su rival. Que pasó de jugar en quinta marcha, a estar en tercera o segunda.
Sabalenka perdió consistencia, expresó gestos notorios de abatimiento y cambió sus gritos de guerra por insultos al aire. Nunca más pudo recomponer su camino, se fue de pista y se estrelló contra el muro. Su cara en la premiación dio mucha pena. Su voz se resquebrajaba y sus ojos claros se inundaron de lágrimas para que esconderse de los flashes. En zona de camarines, estalló. Reventó una, dos, hasta tres raquetas contra el piso. Hasta que se le fueron las fuerzas y se sentó junto a su bolso, tan cargado como la presión que se había autoimpuesto.
Dos días antes de esa final, la noche que derrotó a Keys, la bielorrusa había alcanzo la cima del ranking mundial. Pero en su estreno como “la mejor del planeta” no logró demostrarse a sí mismo ese lauro. Quizás hasta se autoboicoteó, porque más temprano que tarde volvió a ser escolta de Iga Swaitek en este duelo moderno del tenis femenino.
Para una jugadora tan querida, sumamente adorable y con tremendo potencial, volver a Flushing Meadows significaba un escenario de pánico. Pero había que cambiar el final de la historia de terror como sea.
Más allá de un titubeó frente a Alexandrova en la tercera vuelta, la número dos regresó al partido cumbre un año después. Con condiciones similares en la etapa definitoria. En semis derrotó a la ascendente Emma Navarro, una de las favoritas de los locales. Y para definir el título la esperaba otra jugadora que era anfitriona, Jéssica Pegula.
En el primer set, la bielorrusa quebró rápido y tomó la ventaja para encaminar ese parcial. Pegula se alimentó del bullicio y reaccionó para poner la contienda 5-5. El fantasma amenazó con rondar por la cabeza de Aryna. Se tranquilizó, no perdió los estribos y castigó hacia las líneas para hacer retroceder a la estadounidense. Le ganó 7-5 quebrándole otra vez el saque y sacó rápida distancia en el segundo.
Si fuera otro deporte, era el momento propicio para pedir tiempo. El huracán de la Tigresa giraba a diez mil revoluciones y cuando menos se lo esperaba, los demonios tocaron otra vez a su puerta. Jess empezó a soltar la derecha, a apurar más con tiros que aproximación y enhebró cinco juegos consecutivos para darse la oportunidad de sacar para ganar el segundo set. Su rival cambió nervios por rebeldía, se puso en servicio y llevó todo nuevamente a la zona de paridad.
El gran premio de la campeona fue haberse sostenido con su mente. Su físico, sus golpes, su talento siempre estuvieron. Sabalenka se ha hecho una jugadora más completa porque ahora convive con los instantes de tensión. Los acepta, los absorbe, traga la amargura y la devuelve en dosis tremendas de contragolpe. Cuando Pegula tuvo que ir a sacar 5-6 en el segundo set, todo el mundo sabía que no iba a haber tie-break. Era demasiado tarde, la mirada felina sobre la presa la condenó. El verano 2024 la iluminó de lleno y le permitió reposar abrazada a ese trofeo en la ciudad que nunca duerme.
Si te gustan las historias comparto, podés ayudarme compartiendo este posteo
En la misma mesa
Jéssica Pegula se quedó a las puertas de ganar su primer título grande. De todas maneras, ha tenido progresos enormes en las últimas semanas. Elevó su nivel de manera sostenida y alcanzó el ranking más alto de su carrera. Actualmente figura en la posición número tres, sólo por detrás de las dos grandes figuras que hoy marcan el pulso. De hecho, derrotó a Iga en los octavos de final del US Open.
Más a favor de la nacida en Búfalo. Hasta este 2024 era la única jugadora entre las diez mejores del mundo que nunca había pasado los cuartos de finales de un Grand Slam. Había tenido seis intentos, todas de manera frustrada. Pero las estadísticas están hechas para que se rompan. Y Pegula le mostró al mundo que no es una jugadora a la cual le pesen las citas importantes.
Pero la marca más importante que se lleva de este paso por Norteamérica es que se sumó a una selecta lista de sólo cuatro jugadoras que pudieron disputar las tres finales de los torneos más importantes de esta gira en la misma temporada: Máster de Canadá, Máster de Cincinnati y, por supuesto, el US Open. Venía de ser campeona en la tierra de la hoja de arce y había disputado la final en Cincy, cayendo justamente con Sabalenka.
Para encontrar hazañas similares hay que remontarse a nombres como Rosie Casals (1970), Evonne Goolagong (1973) y Serena Williams (2013). Jess es la cuarta de la lista. Aunque todavía sigue vacante el puesto de quien pueda lograr el tridente de coronas. De hecho, pudo haber sido la misma Sabalenka. Pero perdió en octavos de final de Canadá con Amanda Anisimova.
En 1970, Casals perdió la final en Toronto con Margaret Court. Aunque luego sumó los títulos en Cincy y Nueva York. Tres años más adelante, la australiana Goolagong llegó entonada a Flushing con dos celebraciones consecutivas, pero cayó en la final del último grande de la temporada.
La última que había encadenado ese gran veranito fue Serena hace once temporadas atrás. Aquel año, la menor de las Williams fue reina en el US Open y en Canadá, pero cedió en Cincinatti contra Victoria Azarenka.
Bea en su laberinto
No está siendo la temporada que hubiera imaginado Beatriz González. Y no precisamente por sus resultados. En el regreso del Premier Padel a la capital española hubo dos noticias que sobresalieron. Por un lado, sin dudas, el nuevo título que firmaron Gemma Triay y Claudia Fernández. Quienes están rebalsando de confianza y suman puntos en silencio. ¿Nace una pareja firmemente candidata al Máster? Por otra parte, hay que recalcar que la manera en que ganaron la final fue bastante agridulce. Porque enfrente estuvieron Delfina Brea y Bea González. Lo que se preveía como una tremenda definición se cortó en el arranque del segundo set por una ruptura fibrilar en la zona del pecho de la malagueña.
Es la tercera vez que la compañera de la argentina sufre inconvenientes físicos de gravedad en el año. Lo que la ha marginado de citas importantes y le quita posibilidades de competencia. Contra las dolencias se puede hacer poco, más que aprender a luchar contra ellas.
El caso de Bea es significativo por la relevancia que tiene ella en el circuito. Ya que estando al cien, es seguramente el mejor revés del circuito y una de las tres mejores en el nombre por nombre. Por eso su frustración fue lógica cuando le tuvo que comunicar a su equipo que estaba sufriendo dolores otra vez.
De todas maneras, se está notando lo que vengo remarcado desde que se anunció el calendario del Premier. Son otras cargas, diferentes, otras exigencias incluso mentales. Para jugadoras que históricamente jugaban entre 12-15 torneos al año y ahora tiene un abanicó que supera los 20. El salto parece ínfimo, pero no lo es.
Detrás de Bea hay más jugadoras que se cayeron y se han caído. Tamara Icardo lleva meses de baja, mientras Ale Salazar la espera. Bárbara Las Heras está volviendo de a poco junto a Marta Marrero. Esta semana, Teresa Navarro se retiró en su dupla con Claudia Jensen por calambres repentinos. Ale Alonso también pidió parar luego de los octavos de final en Madrid. Y estamos hablamos de una chica que es apenas una adolescente, es decir que físico tiene de sobra. Y tal vez no sea el final de la cuenta…
Con el carrito de emergencias tan al servicio de las chicas, también surgen duplas de prueba o binomios inesperados. Como el que formarán en el Major de París, Delfina Brea y Andrea Ustero. Con sus dos habituales parejas lesionadas, se creó otra con ribetes interesantes. Si bien son dos chicas de drive, la argentina se correrá al revés por su experiencia. Una posición que no desconoce.
Por lo pronto, hagamos cruces de sal para que se termine la malaria y veamos nuevamente un circuito más estable.
LA DEJAN EN LA RED 🎾
🥴Sí…pasaron quince años. En la final del US Open se invitó a la belga Kim Clijsters a ser parte del sorteo inicial. Fue con motivo de cumplirse 15 años de aquella corona que significó convertirse en campeona luego de ser madre. De hecho, la ex número uno del mundo estuvo acompañada por la pequeña Jada, su primogénita, quien estuvo abrazada a su mamá y con el trofeo en aquel lejano 2009, en una foto que todavía hoy es viral. En realidad, ya no es la pequeña Jada. Si no toda una profesional. Jada Lynch es integrante del plantel U18 de la Selección Nacional de Básquet de Bélgica. ¿Cuándo pasó tanto tiempo?
🌟Juega como crack. Karolina Muchova fue otra de las grandes protagonistas del US Open. Una jugadora que siempre fue menos de lo que insinuó por sus lesiones. Cuando está bien, da placer verla jugar. En medio de su genial torneo, Chris Evert dijo en un desafortunado comentario que “jugaba como un hombre”. Si bien más adelante la Dama del Tenis tuvo que salir a retractarse, hizo demasiado ruido. Karo no juega como un varón, juega y brilla como una estrella. Miren lo que sabe hacer.
🌡️Final de alta temperatura en Rotterdam. Este domingo se disputa la final del P1 de Rotterdam. Sin sorpresas en el horizonte. Paula Josemaría y Ariana Sánchez barrieron a Lucía Saiz y Patricia Llaguno en la primera semi, en tanto que el binomio Triay-Fernández despachó a Araújo-Ortega. El encuentro se puede seguir por la página de Red Bull TV en vivo, a partir de las 10AM, horario de Argentina. Les dejo el LINK.
👂Si tenés dudas, sugerencias, recomendaciones o lo que sea sobre el tema podés escribirme respondiendo este mail o a mi casilla personal (damianbalceda@gmail.com)
💬También me encontrás en redes sociales en Twitter e Instagram
👍Y si te sirvió la información de este News no dudes en utilizarla